Triques
La Iglesia católica está tan desesperada como el PAN por falta de seguidores. Porque a quienes dio la espalda ahora quiere acogerlos y los invita a rezar por sus víctimas en la misa dominical.
Todo viene desde la Conferencia del Episcopado Mexicano, que encabeza el cardenal José Francisco Robles Ortega, quien, con el pretexto del asesinato de dos jesuitas en Chihuahua, utiliza y toma como pretexto para tratar de recuperar espacios públicos, es decir, sabe que los mexicanos le han dado la espalda a su Iglesia, ya sea porque se van a otra religión o porque conocedores de la podredumbre que existe en el clero dejó de creer en las religiones.
La Conferencia del Episcopado Mexicano consideró que era el momento de reaparece, políticamente y utilizó la muerte de los jesuitas para actuar sobre un tema que nunca ha abandonado.
Cundo los familiares de los desaparecidos pidieron ayuda a la Iglesia católica, desde hace más de 40 años. La indiferencia de la Iglesia por el tema, fue la causa para que no sólo los familiares sino de mucha gente que lo atestiguó le dieran la espalda para siempre a la iglesia, que mostró, durante muchos años insensibilidad total sobre los desaparecidos y prefería criminalizar a las víctimas antes que conocer el problema.
Sus votos de humildad y caridad fueron olvidados por este cardenal y los anteriores; en cuanto a los nuncios apostólicos preferencia darle confesión y protección a los capos de los carteles antes que apoyar la búsqueda de los desaparecidos en la guerra sucia que en nombre de la inseguridad se inició con Felipe calderón, periodo en el que estaban muy contentos por las sociedades y complicidades entre el PAN y la derecha con el clero.
También el clero católico, como toda la derecha en el mundo, considera que los mexicanos no tenemos memoria y ahora quiere encabezar la lucha por encontrar a los desaparecidos que el gobierno desapareció con su complicidad.
Desde el momento en que desaparecieron a miles de mexicanos sus familiares pidieron ayuda a la Iglesia, porque en ese momento estaban en el poder quienes desparecían a las personas. Ahora, que no está en el poder el gobierno que despareció a miles de mexicanos presionan para que cambie su estrategia de gobierno.
Hace un par de semanas convocó a una marcha por Paseo de la Reforma en la Ciudad de México, asistieron 60 personas, había más periodistas que convencidos.
La protesta era confusa, no se sabía si se trataba de orar por la paz o como una presión para que el gobierno federal cambie su estrategia contra la seguridad que se ha convertido en una verdadera obsesión no sólo para la Iglesia Católica, luego del asesinato de dos sacerdotes jesuitas, del PAN, la derecha y los medios.
Con dos semanas de anticipación el clero católico quiso convencerse de lo que sucedía y ya no convocó a una marcha domiguera sino que pidió a los familiares de los desaparecidos que llevaran la foto de la víctima para rezar por su retorno.
El semanario desde la fe
convocó: “La Iglesia en México hizo un llamado a todos los fieles católicos que han perdido a un familiar o un ser querido a causa de la violencia criminal que azota al país, a llevar al templo una fotografía suya el próximo domingo 24 de julio, para elevar juntos una oración a Dios, y pedir verdad y justicia”.
Si este no es un mensaje político tampoco lo es religioso. En mensaje conjunto, la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México y la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, pidieron a todos los sacerdotes “que realicen una oración especial por ellas, pedir verdad y justicia, y consuelo para sus familiares”.
Asimismo, hicieron un llamado a todos los fieles católicos a que el domingo 31 de julio, fiesta de San Ignacio de Loyola, sea un día de oración por la conversión de los victimarios.
Es decir, quieren que cambie la estrategia de seguridad y la solución que dan es rezar, por eso se quedan sin fieles, por eso hacen falta sacerdotes, por eso los mexicanos y los latinoamericanos les dan la espalda.
El clero católico siempre ha estado asociado con la derecha y juntos pelean por los privilegios perdidos desde hace varios siglos atrás. Su tiempo terminó.
